Costumbres francesas

¿Cuántas veces hemos oído que los franceses son unos estúpidos altivos o unos guarros? ¿Será cierto? Seguid leyendo y saldréis de dudas.
Las costumbres de Francia han sido enriquecidas y transformadas a lo largo de la historia debido a las corrientes migratorias que ha recibido. El país galo ha sabido mantener una importante riqueza en sus maneras y formas que hacen, para quienes tienen la posibilidad de presenciarlas y disfrutar de ellas, algo inolvidable. Es cierto que en la actualidad las ciudades más grandes ya tienen una gran influencia de las colonias africanas, europeas y sudamericanas que habitan en ellas, como he mencionado anteriormente en mi primer apartado, el de la sociedad, pero eso no quita para que sigan
manteniendo sus costumbres incluso en la actualidad. La manera en la que se saluda en Francia es muy importante, ya que cada vez que nos presentan alguien, se debe estrechar la mano del desconocido siendo cortés. Además, al contrario de lo que puede pasar aquí en España que cuando nos presentan a alguien lo solemos saludar con dos besos, allí no se dan besos hasta que no se tiene
mucha confianza. Saludarse con un apretón de manos es un acto de cortesía pero el beso en ambas
mejillas entre hombres y mujeres es una costumbre de los franceses solo cuando hay mucha confianza, sumándose a esto acompañar el saludo con el nombre de pila entre conocidos o el título profesional entre quienes no tienen familiaridad, o también añadiendo monsieur (Señor), madame (Señora) o mademoiselle (Señorita) como señal de respeto. Cuando existe esta confianza, incluso los hombre se dan besos. Hecho que en otros países y otras culturas, véase España, no se suele hacer y los hombres pasen los años que pasen, se siguen dando un apretón de manos. Otra de las cosas que es importante saber es que la puntualidad en Francia no es tan estricta como en Inglaterra, siendo los franceses mucho más permisivos. Así es como llegar 20 minutos después de la hora establecida no es considerado de mala educación, pero se debe entender que, para una cita en una ciudad como París que es muy grande, una persona que no conoce las distancias, debería preguntarlas y así, evitar la demora. A pesar de dedicar los fines de semana a la vida social los franceses tienen por costumbre no hacer ninguna visita sin previo aviso y si se trata de una invitación para almorzar o cenar suelen llevar una botella de vino como obsequio para los anfitriones. Hace entre diez y veinte años más o menos, otra costumbre de la población francesa que destacaba sobre manera era que no solían contestar a los turistas cuando les hablaban en otro idioma porque apreciaban que estos se esforzaran para hacerse entender e intentaran dirigirse a ellos en francés. Mucha gente mantiene que lo siguen haciendo pero el hecho es que debido a la gran cantidad de turismo que hay hoy en día, pocos son los que no responden a no ser que te dirijas a ellos en francés y esta costumbre se ha quedado más como un mito.
En cuanto a las costumbres religiosas, con la separación de la Iglesia y el Estado en 1905, hubo una gran descristianización y una gran desclerización, más pronunciada que en el resto de Europa. Francia es un ejemplo claro de estado laico aunque la moral cristiana todavía impregna la moral francesa. Es así como tres cuartas partes de la población están adheridas al catolicismo, de las que, sin embargo, poco más del 20% llevan a cabo una verdadera práctica religiosa. Por otra parte encontramos también el Islam, que se ha convertido en la segunda religión del país.
Hemos encontrado un divertido vídeo que viene muy al caso. ¡Disfrutadlo!
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